Estimado lector, en este articulo me gustaría compartir contigo mi experiencia y mi idea de lo que para una persona puede suponer iniciar un camino de auto emprendimiento. Pero, sobre todo, me gustaría animarte a que te lances a ello. Hay muchas formas de hacerlo, y en este artículo trato de darte varias opciones de cómo adaptarlo a diferentes situaciones. No trato de establecer “verdades absolutas” ni trato de “crear escuela”, solo es mi forma de pensar y mi experiencia. Siéntete libre de aceptar estas ideas si te encajan (ojalá), pero en caso contrario, simplemente déjalas a un lado. Al final, es cada uno el que en base a lo que estima irá trazando su camino.
Podríamos asegurar, creo que sin riesgo a confundirnos, que actualmente dentro de nuestra sociedad occidental existe un boom de emprendimiento. Entiendo que puede haber muchos motivos diferentes por el cual estemos viviendo este fenómeno, pero desde mi punto de vista hay un factor clave en esta historia, que es determinante: Internet.
La realidad conectada en la que vivimos amplía las posibilidades de intercambio entre personas, a niveles nunca antes vistos. Cada día millones y millones de nuevos videos son subidos a YouTube, muchos más de millones de visualizaciones se realizan por los cada vez más y más millones de usuarios. Lo mismo con webs, blogs, tuits, y demás posibilidades de interconexión que nos ofrece internet.
Hoy en día llevamos Internet literalmente en el bolsillo; los smartphones nos permiten acceder a todo un universo de información, como nunca anteriormente.
Aquel que tenga inquietud para autoemprender, encontrará en internet un escenario muy interesante para poder crear sus proyectos y poder llegar a muchas personas.
Internet ha cambiado o ampliado la propia idea de emprendimiento, pues no hace demasiado tiempo la única forma de autoemprendimiento suponía iniciar un negocio digamos “físico”, como una tienda, un bar, una empresa,…Pero la irrupción de internet abrió las puertas a otro tipo de iniciativas, llamémosle emprendimiento digital, acercando la posibilidad de iniciarse en ello a un número mayor de personas.
En este artículo no pretendo mostrarte las diferentes opciones de emprendimiento que pueden iniciarse a través de Internet; creo que la red está plagada de ejemplos de todo tipo y no quiero ser redundante. Sin embargo,
me gustaría ofrecerte una visión de las diferentes posibilidades de integrar el emprendimiento en tu vida, seas estudiante, empleado a tiempo completo o parcial, etc.
Como verás más adelante, considero que es una experiencia que puede ser muy enriquecedora para una persona, y puede llevarte a encontrar la coherencia en tu vida que has estado anhelando desde hace mucho tiempo.
Pero ¿es el emprendimiento la panacea? ¿Es apto para todos?
Cada cual tendrá sus motivos por los que decida emprender:
odio mi trabajo,
no quiero tener jefes (ojo, que si estás pensando en emprender mediante internet, puede que no te hayas dado cuenta de que Google es tu nuevo jefe, y a veces su caprichoso comportamiento, léase algoritmo, puede darte más dolores de cabeza que un jefe de carne y hueso),
quiero ganar más dinero,
no tengo trabajo y es mi única alternativa en estos momentos.
etc.
Desde mi punto de vista, trabajar como empleado no es ni mejor ni peor que ser autoemprendedor. Es diferente; te ubica en una situación en la que se te dice qué tienes que hacer, cómo lo tienes que hacer, para cuándo lo tienes que hacer y con quién o quiénes lo tienes que hacer. Además, eso que se te dice, se te dice con unas maneras que te pueden gustar o no, dependerá de tu jefe o jefa, de ti y de tu relación en él o ella.
Hay gente que en el escenario anterior se siente cómoda, y es que no es necesariamente un escenario malo, ¡ojo!, te quita mucho peso de la cabeza, porque en vez de decidir por ti mismo, son otros, los jefes, los que lo hacen en tu lugar. Y esto puede liberar mucha carga mental. Además, está el tema de disponer sueldo mes a mes, y eso nos gusta mucho, claro.
¿Inconvenientes? pues que si eres un poco “culo inquieto” como se suele decir, tal vez muchas veces te encuentres atado de pies y manos para hacer las cosas a tu estilo. Y es que ser un empleado supone ser el eslabón de una cadena; y un eslabón de cadena tiene los grados de libertad que tiene, que son los que son (diría que pocos...) y punto. Insisto, esto no creo que sea intrínsecamente malo. Hay muchos tipos de personas, situaciones y generalizar a veces puede ser peligroso. Hay gente que prefiere esa situación porque es cierto que puede tener sus ventajas.
Por su parte, el autoemprendimiento tiene también sus cosas positivas y sus cosas no tan positivas. Al emprender, como se suele decir, “tú te lo guisas y tú te lo comes”, es decir o pones todo de tu parte o aquello no va a funcionar. Exige, sobre todo al inicio, mucha energía y mucha convicción para que no te vengas abajo a la primera de cambio. Además, es probable que muchas veces te sientas solo, y tener que tomar todas las decisiones por ti mismo puede suponer un gasto de energía potente. Pero como te mostraré más adelante, desde mi punto de vista el emprendimiento, particularmente el digital, ofrece la posibilidad de que puedas vivir una experiencia muy enriquecedora a nivel personal.
El verdadero valor del autoemprendimiento
Desde mi punto de vista, el auto emprendimeinto te empodera. Cuando decides tomar las riendas de tu vida y emprender, puede que ante ti se abra una de las situaciones más reveladoras que hayas vivido: te sitúa solo, a veces incluso sin el apoyo de los más cercanos, frente a todo lo que está por venir, sea éxito o fracaso. Te ubica ante tus miedos, dudas, preocupaciones y demás demonios internos.
Pero si tu motivación y tu determinación son lo suficientemente poderosas, sentirás una fuerza interior muy autentica que te llevará a dar el primer paso y empezar una nueva y apasionante aventura. Una ventura de aprendizaje, éxitos y errores, frustraciones y alegrías, pero sobre todo de integridad y coherencia.
Habrá noches que te despertarás con un bombardeo de ideas creativas en la cabeza, te desvelarás y pasarás un par de horas lleno de energía creadora, y cuando te despiertes nuevamente por la mañana, en vez de estar destrozado por no pegar ojo, te encontrarás fresco y renovado. Es como si la vida dijera “¡eh! ¡mirar a este! enchufarle un chorro de energía de vida, que está apostando por la Vida!”.
Pero no todo es de color de rosa, claro. Muchas veces, cuando nos planteamos empezar a emprender, tenemos el riesgo de empezar a compararnos con los más grandes en aquello que pretendemos comenzar. Y vemos cosas talque un canal de YouTube sobre “mi temática”, que tiene cientos de miles o incluso millones de suscriptores, una infinidad de videos con super buena pinta, con todo lujo de detalles, con cientos de miles de visualizaciones, que monetiza por todas las esquinas… Y en ese punto surge a veces nuestro saboteador interior y te preguntas: “Pero, ¿qué estoy pretendiendo yo? ¡Es imposible que yo pueda triunfar! ¡Mira eso!” y acto seguido, abandonas tu idea, o creas un video de poca monta simplemente para auto complacerte diciéndote a ti mismo, “¿no ves? ya te decía yo que esto era muy difícil”. Y entierras tu idea de “super emprendedor” que te ibas a comer el mundo.
Pero aquí hay varios puntos a tratar desde la sinceridad:
no conocemos la trayectoria de ese supuesto super youtuber que hemos visto, pero muy probablemente detrás de sus videos haya una cantidad de trabajo realizado que es descomunal, dolores de cabeza de todos los colores y cabreos incontables.
Dudo que haya un solo youtuber (hoy los he cogido como ejemplo) que empezara su canal con 200 videos como aparecidos de la nada; todo requiere un proceso y ellos también empezaron con el video nº1 (que dicho sea de paso, seguro que cuando lo ven después de varios años les sale una sonrisa como diciendo, “!qué paquete era yo!”)
Y está el tema del tiempo. Crear un canal, web, blog, o incluso una cartera de acciones de empresas, y que empiece a dar sus frutos lleva mucho tiempo (al menos si tenemos gusto por hacer las cosas bien…)
La única diferencia entre ese super canal y aquel que empieza y abandona frustrado cuando se compara (erróneamente) con el youtuber, es que dicho youtuber siguió con su idea, hubiera tempestades o cayeran meteoritos. Y el resultado final es el que obtiene.
Consejos prácticos ¿Cómo empiezo a emprender?
¡Pues empezando! no hay truco ni cartón. No le des más vueltas. Hoy en día no hace falta tener super títulos y pasar por no sé qué universidades para empezar a emprender. Eso sí: se sincero contigo mismo, decide sobre qué emprender y ponte un objetivo alcanzable (ya hablaremos más detalladamente de esto en otro artículo), pero sobre todo, ¡empieza ya! Como reza el dicho, “el mejor momento para plantar un árbol fue hace 20 años. El segundo mejor momento para hacerlo, es hoy”.
Está claro que hay muchas realidades diferentes y es difícil generalizar; si estás trabajando por cuenta ajena, no te recomiendo que dejes tu trabajo actual para irte a emprender (salvo que tu situación laboral particular sea insostenible, claro). Creo que es mucho más coherente ir poniendo en marcha ese “plan B” en tus ratos libres, antes que abandonar un sueldo fijo para lanzarte a la aventura (al menos desde mi punto de vista). Pero vete construyendo; tal vez algún día ese plan “B” pase a ser el plan “A”.
Personalmente, esta es la estrategia que sigo como inversor particular a tiempo parcial y sinceramente, me funciona muy bien. Eso sí, esta estrategia exige mucha autodisciplina y tener que hacer muchos sacrificios, no lo niego, pero bien aplicada te sorprenderían los resultados.
Como empleado a tiempo completo, es cierto que la disponibilidad de tiempo se reduce, pero no obstante también existen posibilidades. Tal vez en esta situación, una idea más interesante que en otros escenarios fuera la de hacer coincidir tu temática de emprendimiento con alguna de tus aficiones o pasiones, porque está claro que no hay tiempo para todo. Si estás en esta situación, piensa bien qué te gusta hacer en tus ratos libres y trata de compartir tus conocimientos aunque sea a través de un blog o, ¿por qué no probar con el podcasting? Simplemente con hacer esto ya estás empezando a emprender.
Si eres una persona joven en etapa de estudiante, permíteme darte la enhorabuena porque,
hoy en día, desde mi punto de vista, esta es una de las mejores situaciones para poder autoemprender.
Los estudiantes jóvenes disponéis de tiempo (sí, ya sé que hay que estudiar para los exámenes, pero ya te digo que cuando trabajes y seas padre o madre de dos hijos/as entenderás de verdad qué es la falta de tiempo…). Tenéis la mente abierta a todo y sobre todo a las nuevas tecnologías, que además manejáis a la perfección. Eso es una ventaja competitiva enorme. Mi consejo: no malgastes tu juventud en cosas, situaciones y/o relaciones superfluas e insanas. Vete al grano y emprende. Te lo agradecerás en tu futuro.
Un consejo sobre la formación necesaria para autoemprender: Si necesitas formarte, fórmate, pero no te vuelvas loco con ello. Como se suele decir, “evita la parálisis por el análisis”. Cuando tengas el conocimiento mínimo para empezar, ¡empieza! La mejora es parte del proceso y seguirás mejorando desde el momento en que arranques, no te preocupes por ello.
Se eficiente con el uso del tiempo. Esto es clave y hablaré de ello en un futuro artículo.
Aprende de los mejores, no te compares ni compitas con ese super youtuber (al menos al inicio). Los grandes están para servirnos de inspiración y como ejemplo de lo que es posible llegar a ser u obtener. Pero se sincero contigo y acepta que, hoy por hoy, juegan en otra liga y no es la tuya; te ahorrarás innecesarias frustraciones.
Se coherente con quién eres y con dónde estás a día de hoy.
Espero que te decidas a dar el salto y que, a tu medida, vayas creando tu sueño y haciéndolo realidad. ¡Muchos ánimos y adelante con tu proyecto personal!
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